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José Giménez
31 diciembre 2010

Una iglesia que predica el minimalismo gracias a Qubus Studio.

Los tiempos están cambiando… también para la iglesia. Maxim Velcovsky y Jakub Berdych, cabezas visibles del estudio checo Qubus Studio, han reconvertido un espacio de culto al espíritu en un espacio de culto al minimalismo y el bueno gusto, sin perder de vista el objetivo para el que fue concebido. Hoy, he renovado mi Fe en el ser humano y en el diseño.
En primer lugar, Qubus Studio han sido capaces de dotar a la iglesia de San Bartolomé de Chodocive, en la República Checa, de una atmósfera de paz, en la que una silla de inyección de plástico que forma parte de la historia viva del diseño occidental; la Panton Chair en su versión blanca, encaja sin convertirse en protagonista.

Y, lo que es más importante, Maxim Velcovsky y Jakub Berdych han sido capaces de dotar de una fuerte carga espiritual a un asiento contemporáneo, concebido por el diseñador industrial danés Verner Panton para espacios más convencionales, simplemente troquelando una cruz en su respaldo. Un matiz que dota al asiento de un aura difícil de igualar.

Por fin, una silla que forma parte de los últimos 50 años de historia del diseño occidental, trasciende el mundo terrenal. Y lo hace acompañada de otro icono; la silla Torre Eiffel, también en blanco. No creo que el arquitecto, diseñador y director de cine norteamericano, Charles Eames, ni su esposa Ray, soñaran con ver su asiento de polipropileno y estructura de acero cromado -imitadora del monumento francés- elevado a un altar. Esa es la magia del diseño de interiores concebido como algo más que adecuar un espacio a un uso.

Qubus Studio ha reinterpretado un espacio que mantiene sus paredes desnudas de piedra con retazos de su decoración original, con un lenguaje actual en el que las referencias a la religión no son monolíticas, como tampoco lo son sus influencias estéticas o las metáforas que se extraen de su diálogo.

El interior de la iglesia de San Bartolomé de Chodocive es auténtica poesía simbolista, al tiempo que se ha convertido en un nuevo icono de la renovación estética de un país Checoslovaquia- que abandonó el socialismo, se fragmentó e inició una vertiginosa adaptación al capitalismo. Y, todo ello, sin renunciar a su historia y su vasto acervo cultural: doce de sus monumentos históricos constan inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

La intervención de Qubus Studio en este espacio destinado al culto del alma demuestra que el contraste entre el barroco de la arquitectura y el moderno mobiliario de sillería, pero también de alfombras persas –típicas, por cierto, de los santuarios musulmanes- y lámparas araña de cristal, pueden convivir en armonía sin entorpecer el objeto final del espacio.

Fotografías de Filip Slapal, cortesía de Qubus Design Studio

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