Casa minimalista en Bélgica, diseñada por el arquitecto Bruno Erpicum.

Uno de los objetivos de su diseño era no revelar lo que ocurría en su interior a los transeúntes que pasasen por delante. De esta manera, uno de los elementos más llamativos es el volumen en forma de cubo que se avanza al volumen principal. En realidad, se trata de un muro-pantalla que sirve para evitar las miradas indiscretas y que también funciona como patio. Además, sólo una pequeña zona del jardín, que está orientado al sur, se ha reservado para recibir a los visitantes y como entrada al garaje.

Desde el exterior, este patio vertical parece “perforado” por dos abedules y consigue que las zonas de noche, ubicadas en el nivel inferior, queden ocultas de posibles miradas indiscretas provenientes de la vía pública. Las habitaciones y la oficina situadas al fondo se completan con su propio patio.

El minimalismo que se percibe en el exterior de la construcción continúa en el interior: espacios amplios, un mobiliario escaso pero suficiente para conseguir que el espacio resulte confortable, amplios ventanales que permiten que la casa se inunde de luz natural y una paleta de colores reducida dominada por el blanco y el negro, donde se permiten algunas notas de rojo intenso y fucsia en el mobiliario y la alfombra del dormitorio.

Bruno Erpicum es un arquitecto belga que dirige desde 2001 el Atelier d’Architecture Bruno Erpicum & Partners, aunque cuenta con más de 25 años de experiencia en el campo de la arquitectura. Sus proyectos se concretan en residencias, oficinas, edificios comerciales, museos y galerías y están presentes en países de todo el mundo como Bélgica, el Caribe, Alemania, Grecia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, Perú, Portugal, Sudáfrica, España, Suiza y Estados Unidos.